Una de las respuestas más efectivas para reducir
la vulnerabilidad humana al cambio ambiental es reforzar
mecanismos de alerta temprana. Se pueden tomar muchas acciones
para proteger la vida y propiedad si se reciben alertas
en tiempo. Mientras que algunas amenazas son inherentemente
impredecibles, muchas de éstas que ocurren como
consecuencia de la degradación y manejo inadecuado
del medio ambiente, y debido a actividades antrópicas
pueden al presente ser anticipadas con algún grado
de precisión. Las capacidades de alerta temprana
se incrementan de manera constante, con avances tecnológicos
en la observación del ambiente, su evaluación
y comunicaciones.
La alerta temprana es la identificación y evaluación
oportuna del surgimiento de nuevas amenazas ambientales
que en el largo plazo pueden afectar negativamente la vulnerabilidad
de las personas, de los ecosistemas y de los servicios
que éstos proporcionan. Por medio de su componente
de Alerta Temprana, en la DEAT-ALC se evalúan amenazas
ambientales como la degradación ambiental, los conflictos
socio-ambientales, las amenazas ambientales acumulativas
y las recién descubiertas o proyectadas que aumentan
la vulnerabilidad de los ecosistemas y de las personas.